jueves, 5 de agosto de 2010

Milagro

El bus se detuvo poco después de la frontera. Dos policías se subieron con cara de gente seria. En el fondo del autobús dos campesinas se revolvieron nerviosas en sus asientos. La más vieja sacó una postal de San Judas Tadeo, el santo de las causas perdidas. Papeles, dijo el policía flaco. Los pasajeros se apresuraron a sacar su cédula o su pasaporte, y las dos mujeres se dieron la mano. Uno a uno los policías recorrieron los asientos, hasta llegar al fondo del bus. Entonces operó el milagro. Ambas ascendieron al cielo en cuerpo y alma.

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