martes, 15 de junio de 2010

Purgatorio

La noche no conoce tus secretos como yo. 
El espejo no refleja tus miedos como mis ojos. 
Vos no sos, ni serás, la media noche que busca el amanecer. Estarás siempre perdido en medio del vértigo. 
Estarás castigado de por vida a no vivir tu vida. 
Seré siempre tu sombra 
y nadie caminará a tu lado como lo hago yo. 
Golpea la puerta la muerte, pero no hay nadie que le abra. 
El viento ulula en los recovecos de la calle desierta y oscura. 
Sentís el miedo. 
Se acerca tu hora, pero no llega. 
Y ahora, no queda nada de qué arrepentirse. 
No queda nada qué celebrar. 
Se fue el último beso 
con los labios de aquella que nunca te quiso. 
Se fue tu noche y tu día, 
y tu sangre ya no corre por tus venas. 
Quieta luz negra que vela tus ojos. 
Muerto de miedo sin morir. 
Eternamente silencioso, 
silenciosamente desesperado por gritar. 
Sin poder abrir la boca. 
Perdido en el tiempo, 
la muerte en vida te acecha, 
y te ahoga, 
y ya no estás aquí, 
pero tampoco te has ido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario